Escuchando a la voz interior

Siempre he pensado que si me pagaran por usar mi hemisferio derecho, el de la intuición, uf!, creo sería millonario...

Y es que en la vida diaria utilizo mucho mi intuición llegando a muchas deducciones evidentes sin utilizar el razonamiento o el conocimiento. Los que me conocen saben que le doy mucho valor a mi intuición. De más está decir que esto incomoda a muchos cercanos que no entienden esta forma de operar. Me tildan de sensible, de “suertudo”,  de poseído, de ególatra, etc. Nada de eso, solo escucho mi voz interior.

Si escucháramos más a nuestro interior y le hiciéramos caso a lo que nos comunica  puede ser que nuestra vida sería distinta y mejor.

A veces ser tan intuitivo y casi leer la mente de las personas me provoca cierta incomodidad. De alguna manera "inalámbrica" percibes lo que no te dicen con palabras,  pero que lo piensan, en donde muchos de estos sentimientos , o deseos, no son nada favorables hacia mi.

Esto es así y es normal. Todos tenemos nuestro lado bueno y nuestro lado malo. Yo lo tengo. Es parte de nuestra naturaleza y se entiende, pero tener que "escuchar" en mi cabeza constantemente las fortalezas y debilidades propias de nosotros los seres humanos no tiene mucha gracia y la verdad agota, se mezcla con mis sentimientos y muchas veces afecta mi estado emocional en donde rapidamente contraresto estas emociones haciendo ejercicio fisico, meditando u orando. Debo hacerlo frecuentemente.

Entiendo debo evitar juzgar. Se no debo interpretar u opinar respecto de las decisiones y del comportamiento de los otros. Se pierde mucha energía al tener este tipo de actitud. No obstante, muchas veces, se me hace muy difícil controlarlo.

No soy un ejemplo de nada, lo sé, tengo muchos aciertos pero también cometo errores, y los seguiré cometiendo. Lucho por no hacerlo, lucho por ser cada día  mejor, pero a veces me entran unas ganas enormes de volver a la panza de mi madre para no salir nunca más de ahí.

Equivocarse es sano, se aprende de esas situaciones, pero lo claro es que antes de tomar decisiones démosle una oportunidad y escuchemos que nos tiene que decir nuestra capacidad de anticipar los eventos futuros. Escuchemos a nuestra intuición.