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Las Geopatías
Las geopatías o zonas geopatógenas son zonas o lugares alterados en donde se detectan diferencias significativas de emisión de radiaciones energéticas electromagnéticas que pueden afectar a la salud física y psíquica de las personas (y en general a la salud de todo ser vivo). Estas diferencias se aprecian fundamentalmente en cambios de frecuencia y amplitud de onda de las radiaciones naturales, produciéndose una vibración desarmónica que afecta en general a todos los seres vivos y en especial al hombre. La geopatía alcanza una amplia zona vertical sobre el subsuelo abarcando todos los pisos de una edificación. Su componente horizontal normalmente presenta una zona donde se genera la radiación y donde esta es más nociva, y otra zona adjunta donde la influencia patógena va disminuyendo en función de la distancia al foco.
Se cree que las radiaciones presentes en una geopatía pueden perjudicar los procesos bioquímicos y energéticos del cuerpo humano afectando primordialmente a las células del sistema inmunitario e incidiendo también sobre el sistema nervioso, endocrino y hormonal.
La célula actúa como un sutil circuito electrónico resonante que es capaz de vibrar ante las frecuencias electromagnéticas del medio. Y según parecen demostrar las investigaciones realizadas hasta ahora lo hace selectivamente en función de su propia característica (función y organismo) y la característica de la radiación (frecuencia, amplitud de onda, forma de onda e intensidad). El ambiente ionizado producido por las radiaciones favorece la aparición de radicales libres que dañan la membrana celular.
Como consecuencia se puede producir un menor tono vital que favorece el desequilibrio psíquico y físico. Según el tiempo de exposición, grado de sensibilidad de cada organismo, valor de las radiaciones, sinergia con otras agresiones y otros factores, pueden incluso desarrollarse enfermedades como la depresión o el cáncer.
Cada persona tiene diferente sensibilidad, y reacciona a los efectos de una misma geopatía en mayor o menor cantidad de tiempo de exposición. Los lugares más importantes a considerar en un espacio dado son los de más permanencia y en especial en viviendas la cama. Además de ser habitualmente la cama el lugar de más permanencia, es durante la noche cuando se detectan los máximos de radiación y es en el estado de sueño cuando nuestro organismo es más vulnerable a sus efectos.
Las primeras manifestaciones somáticas que pueden alertar de la posibilidad de estar afectado por geopatía son precisamente las alteraciones del sueño (insomnio, dificultad de conciliar el sueño, sueño irregular muy entrecortado con necesidad de micción, eneuresis nocturna, sonambulismo, caída de la cama, dificultad al levantarse por la mañana, sensación de mayor cansancio tras el supuesto descanso, mareos matinales, …). Otras manifestaciones típicas son las reacciones alérgicas, el agotamiento crónico y los dolores de cabeza o espalda persistentes.
En muchas ocasiones la persona afectada por una geopatía no responde favorablemente a la adecuada medicación que se le administra. Al solucionar este problema, la medicación resulta efectiva y el paciente se recupera a un ritmo normal.
Gracias a la kinesiología (medición de la respuesta muscular) y otros métodos (como los aparatos tipo Mora, Bicom o Quantum) se puede detectar que un paciente está afectado por geopatía.
Los efectos más comunes de las geopatías en animales son: aumento de mortalidad especialmente en crías, disminución de producción de leche, aumento de enfermedades infecciosas, …
Actualmente debido al espectacular desarrollo y crecimiento humano se descargan en todo el mundo más de 10 mil millones de Kw de energía artificial que rompen el equilibrio natural del medio terrestre. Se alteran considerablemente tanto las ondas armónicas que se reciben del Cosmos como las radiaciones magnéticas terrestres. Este hecho contribuye a acrecentar los efectos nocivos de las zonas geopatógenas.